Entradas

26. LA SINGULAR LAGUNA DE TALAYUELAS

Imagen
Hay una algarabía de patos lanzando al aire sosegado de la tranquila mañana otoñal sus graznidos, si es que resulta lícito aplicar este término, propio de cuervos, gansos y similares, al simpático (aunque en ocasiones malhumorado) palmípedo que encuentra en la laguna de Talayuelas un hábitat generosamente apropiado. Están felices los gallipatos (realmente, así se llama la especie dominante en este paraje) cuando la generosidad de las lluvias encuentra su reflejo directo en el paralelo enriquecimiento de las corrientes fluviales y, de remate, en el nivel freático de la laguna. Y eso, el agua abundante,  es bueno para todos los habitantes del mundo natural (también, claro, para el ser humano) pero muy en concreto para la barahúnda de aves llegadas hasta aquí cada temporada en busca de espacios para nidificar. Se pueden ver, en las épocas propicias para ello, el zampullín chico, el ánade real, el rascón común, la polla de agua, la focha común, la garza real, el pato cuchara, estos d

25. CIUDAD ENCANTADA INVITA A LA FANTASÍA SILENCIOSA

Imagen
      Hay lugares necesitados de recibir un impulso para salir del ostracismo o desconocimiento, para ser descubiertos y conocidos. Hay otros a los que la excesiva publicidad puede hacer daño, pues contribuye a distorsionar el encanto natural que reside en su textura, impidiendo calibrar con sentida precisión los valores de su esencia más profunda.      La Ciudad Encantada es un pequeño paraíso natural cuyo disfrute mayor se alcanza a través del silencio y la soledad. Debe ser por eso que quienes la conocieron a lo largo de los siglos -milenios, en realidad- callaron la noticia, la mantuvieron en sordo secreto, sin comunicarla más que a otros iniciados que, como ellos, hasta aquí venían, acompañando sus ganados a pastar, a cortar leña con la que avivar sus fuegos domésticos o quizá a entretener males de amor envueltos en líricas nostalgias. Mientras, las gotas de lluvia, una tras otra, incansables, hacían su trabajo modelando el relieve calizo, jugando a la fantasía, dando for

24. MONUMENTALIDAD EN LA MERCED, DE HUETE

Imagen
       El problema básico de Huete, como el de casi todas las ciudades cargadas de edificios monumentales, es qué hacer con ellos, como mantenerlos en pie, qué utilidad pueden proporcionar desde planteamientos modernos, una vez cancelada su original función, casi siempre religiosa, cómo adaptarlos a nuevos fines y, en definitiva, con qué mecanismos poder sostenerlos en correctas condiciones de visibilidad. Porque con frecuencia cuando se va de visita a un lugar, con el plano en la mano, cargado de numeritos que marcan los rincones en que hay algo digno de ver  al llegar al lugar señalado encontramos una ruina, un paredón agrietado, una columna desmochada, la desilusión es enorme. Al que fue convento mercedario la administración le encontró rápido uso, mediante la acumulación de organismos de todo tipo que allí conviven en curiosa amalgama, no siempre ordenada. A dotarlo de una orientación estrictamente cultural, más acorde con la esencia del edificio, vino el Museo de Arte Contempo

23. ZAFRILLA Y SU HERMOSO PUENTE MEDIEVAL

Imagen
   Por un poco, Zafrilla no es el pueblo más alto de la provincia: apenas por treinta metros se lleva el podio de esta incruenta clasificación La Vega del Codorno, en cabeza del ranking provincial de altitudes, pero sí consigue un predominio evidente en dos aspectos: la dificultad de la carretera y el aislamiento. La ruta que lleva hasta Zafrilla es, como se decía antes haciendo una gracia, de las que trazó la liebre cuando la soltaron, y eso es comprensible porque la situación en que se encuentra el pueblo es verdaderamente atrevida, perdida en un rincón de la sierra de Valdemeca, al pie de los mismísimos Montes Universales, que cuando estudiábamos -cuando se estudiaban esas cosas- aparecía orlado de una especie de nimbo misterioso, derivado quizá de la sonoridad de un título tan aparatoso, como si el mismísimo corazón de la humanidad hubiera ido a refugiarse en ellos. En la cercanía, en la inmediatez del viaje, teniendo las montañas casi al alcance de la mano, la solemnidad de

22. CASTILLO DE GARCIMUÑOZ. UNA FORTALEZA SINGULAR

Imagen
    Desde la distancia, el perfil de la inmensa fortaleza aparece dominando, real y figuradamente, el inmenso paisaje que se extiende a su pies. Con esa intención la levantaron y así sigue apareciendo antes nuestros ojos, centro vital de toda la comarca, protector cuando hacía falta, controlador de vidas y haciendas en tiempos de paz. El castillo de Castillo de Garcimuñoz ha recobrado ya su apariencia normalizada, tras un larguísimo periodo en el que ha permanecido oculto entre grúas y andamios, mientras se realizaba en él lo que, de modo presuntuoso y desde luego artero, calificaron como “restauración”. Lejos de tal cosa, lo que manos pecadoras, poco respetuosas con la historia y con el patrimonio (eso sí, avaladas por los permisos y el dinero de un insensato ministerio de Fomento) han llevado a cabo es una irresponsable intervención que ha repartido a diestro y siniestro elementos metálicos coloristas para alterar por completo el espíritu y la textura pétrea de esta formidab

21. UNA HISTORIA DE AMOR EN RIÁNSARES

Imagen
  La primera vez que entré en la ermita o santuario de Riánsares (no diré cuánto tiempo ha pasado de aquello) iba buscando el enterramiento del duque, el primero de ese título, aquel que acertó a enamorar a una reina en ejercicio, aunque fuera regente, pero a los efectos es lo mismo, porque María Cristina de Borbón mandó mucho y puso los pilares para bastantes cosas iniciadoras de la modernidad en este país, incluyendo la que habría de ser definitiva organización territorial del Estado, vigente hasta el día de hoy, con permiso de los melancólicos partidos nacionalistas. Yo entonces era muy joven (o, al menos, bastante joven) y sentía natural atracción por historias que, como la de Fernando Muñoz y María Cristina ofrecían tal riqueza de matices. Me sigue maravillando que un contenido de esa naturaleza no haya sido capaz de despertar interés en narradores o guionistas españoles, tan entretenidos en pergeñar historias tontas, sin gracia ni contenido, teniendo al alcance de la mano

20. SOBRIA ELEGANCIA DE LA IGLESIA DE HORCAJO

Imagen
Camina uno por esas tierras de Dios gobernadas y manejadas por los hombres, sin tener nunca la completa certeza de qué se puede encontrar en el vaivén viajero y pese a ese acomodo permanente a la sorpresa, siempre sobresalta la aparición de lo inesperado, con matices variados según como sean los ingredientes puestos en juego. Así, con estas cavilaciones, me encuentro en el corazón mismo de Horcajo de Santiago, contemplando la perspectiva de su voluminosa, realmente espectacular, iglesia parroquial, dedicada, como es cosa lógica en un lugar que rinde culto tan acentuado a la Inmaculada Concepción, a esa misma titulación mariana que aquí estalla en fragor multitudinario cada víspera de 8 de diciembre. Tenía en la retina de la mirada -también en la del archivo fotográfico- la imagen de una visita anterior cuando, al dar la vuelta a la esquina, desde la Plaza Mayor por la calle Hervás y Panduro, bordeando la que fue casa natal del ilustre filólogo jesuita me encontré de bruces con la