20. SOBRIA ELEGANCIA DE LA IGLESIA DE HORCAJO
Camina uno por
esas tierras de Dios gobernadas y manejadas por los hombres, sin tener nunca la
completa certeza de qué se puede encontrar en el vaivén viajero y pese a ese
acomodo permanente a la sorpresa, siempre sobresalta la aparición de lo
inesperado, con matices variados según como sean los ingredientes puestos en
juego. Así, con estas cavilaciones, me encuentro en el corazón mismo de Horcajo
de Santiago, contemplando la perspectiva de su voluminosa, realmente
espectacular, iglesia parroquial, dedicada, como es cosa lógica en un lugar que
rinde culto tan acentuado a la Inmaculada Concepción, a esa misma titulación
mariana que aquí estalla en fragor multitudinario cada víspera de 8 de
diciembre. Tenía en la retina de la mirada -también en la del archivo
fotográfico- la imagen de una visita anterior cuando, al dar la vuelta a la
esquina, desde la Plaza Mayor por la calle Hervás y Panduro, bordeando la que
fue casa natal del ilustre filólogo jesuita me encontré de bruces con la visión
de esa plaza puesta patas arriba, envuelta en ladrillos, cemento y obreros,
mientras el edificio eclesial mantenía (como ahora) enhiesta su presencia,
cerrado a cal y canto, ajeno al trajín que a sus pies levantaba ruido y polvo.
Pero la iglesia es
inamovible, esta y la de todas partes, como corresponde a una institución dos
veces milenaria. Aseguran las descripciones que es obra levantada en el siglo
XVI y modificada en el siguiente mediante las oportunas disposiciones del prior
de Uclés que por aquí tenía jurisdicción plena y por tanto capacidad para
decidir sobre las iglesias parroquiales de los pueblos que formaban su
jurisdicción. Casi desde cualquier ángulo de visión, el elemento que más
destaca -además, por supuesto, del ya citado importante volumen de la fábrica
arquitectónica- es la potente torre distribuida en cuatro cuerpos, alzando de
manera airosa su presencia visual sobre el entorno. Queda al otro lado del
edificio la portada principal, la llamada Puerta del Sol, de estilo plateresco
y delicada belleza, con una sencilla imagen de la Inmaculada situada en una
hornacina elevada sobre el eje central de la entrada. Esa es la puerta que cada
año se convierte en elemento fundamental del enorme espectáculo que es el
Vitor, cuando quieren cruzarla unos e impedirlo otros, en ese rito a medias procesional
y a media cabalístico, tan sorprendente y desusado que las descripciones
siempre quedan pálidas ante la realidad. Tanto que solo cabe recomendar
calurosamente la asistencia y que cada cual experimente sus propias vivencias.
Si hay suerte y
posibilidad de hacerlo, se puede echar un renovado vistazo al interior de la
iglesia, una sola y magnífica nave gótica cubierta con bóveda de crucería
estrellada, bajo la que se abren varias ventanas ojivales en los segmentos más
elevados los muros; tres de ellas pueden apreciarse en la foto. Al lado mismo,
pero fuera del encuadre, está la Casa de la Cadena, uno los edificios
emblemáticos que tiene Horcajo de Santiago y no es el único. Algunos son muy
curiosos como las cuevas excavadas en el suelo con sus chimeneas sobresaliendo
en la superficie, repartidas en dos sectores, El Santo y El Boleo, que se
advierten porque sobresalen las chimeneas y respiraderos a nivel de suelo.
El recorrido por el callejero urbano
permite encontrar suficientes elementos de interés artístico, como grandes
casonas, rejería, escudos nobiliarios, portalones de madera, patios interiores,
etc., a pesar de que los dos últimos siglos han conocido una importante, y en
ocasiones destructiva, renovación del equipamiento arquitectónico. Entre esos
edificios destacan la Casa de los Arquero, Casa Jardín, Casa del Marqués (de
estructura tradicional campesina). La antigua cárcel es edificio levantado en
los siglos XVI y XVII. Son estos solo algunos ejemplos, quizá los más
llamativos, de un trazado urbano que es preciso recorrer pausadamente y con
atención.
Cómo
llegar
Por la carretera CM 200, entre Tarancón y Villamayor de
Santiago. También desde la N-III por la CU 3031 desde Almendros por Torrubia
del Campo hasta Horcajo.
Dónde
comer
Calimero.
Angela Rosa de Silva,
s.n.; 969 128 118
Rutia.
Alonso de Céspedes, 31; 969 127 053
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